viernes, 29 de mayo de 2015

Julio, siempre Julio...


"Uno cree conocer París, pero no hay tal; hay rincones, calles que uno podría explorar el día entero, y más aún de noche. Es una ciudad fascinante; no es la única… Pero París es como un corazón que late todo el tiempo; no es el lugar donde vivo; es otra cosa. Estoy instalado en este lugar donde existe una especie de ósmosis, un contacto vivo biológico. Yo digo que París es una mujer; y es un poco la mujer de mi vida…”  

En todo caso bastaba ingresar en la deriva placentera del ciudadano que se deja llevar por sus preferencias callejeras, y casi siempre mi paseo terminaba en el barrio de las galerías cubiertas, quizá porque los pasajes y las galerías han sido mi patria secreta desde siempre” 


“…y a mí me quedaba el resto del tiempo para las galerías; eran las horas del explorador y así fui entrando en las zonas más remotas del barrio, en la Galerie Sainte-Foy, por ejemplo, y en los remotos Passages du Caire, pero aunque cualquiera de ellos me atrajera más que las calles abiertas (y había tantos, hoy era el Passage des Princes, otra vez el Passage Verdeau, así hasta el infinito), de todas maneras el término de una larga ronda que yo mismo no hubiera podido reconstruir me devolvía siempre a la Galerie Vivienne.”




Y cuando todo el mundo se iba
y nos quedábamos los dos
entre vasos vacíos y ceniceros sucios,
qué hermoso era saber que estabas
ahí como un remanso,
sola conmigo al borde de la noche,
y que durabas, eras más que el tiempo,
eras la que no se iba
porque una misma almohada
y una misma tibieza
iba a llamarnos otra vez
a despertar al nuevo día,
juntos, riendo, despeinados.

Después de las fiestas - Julio Cortázar

4 comentarios:

  1. Seguimos compartiendo la misma pasión por Julio, a quien queremos tanto, allá en el otro cielo y en este.

    ResponderEliminar
  2. El comentario que te estaba escribiendo se convirtió en poema y lo he guardado.

    De parte del poema y mía, muchas gracias.

    Besos.

    ResponderEliminar
  3. Pasajes, galerías, ciudades, espacios que en manos de Julio se transfiguran en un ser vivo, en un sentimiento, en algo que tiene que ver, me parece, con la soledad, con el destierro: todas estas metáforas podrían aplicarse igual a la escritura, a la literatura, que es otra forma del exilio. Yo no entiendo a París sin Cortázar.

    ResponderEliminar