miércoles, 18 de marzo de 2015

Final, Eduardo Darnauchans


En los años duros en los que Eduardo Darnauchans volvió de Buenos Aires y vivió en pensiones, frecuentaba una provisión en la que compraba cigarrillos y algunas vituallas.
La dictadura pasó y Eduardo que siempre anduvo por el Cordón seguía frecuentando la provisión.
La gallega dueña de la provisión le tenía simpatía a Eduardo que siempre se detenía a conversar con ella. 
Eduardo usaba una barba de rabino entonces y un día mujer le pregunto:
-" Joven, ¿ usted qué es?
- " Soy comunista", contestó Eduardo.
- " Ah, dijo la mujer visiblemente desilusionada, " yo pensaba que usted era seminarista".

Final

Cuando te sientas sola
frente a la oscura puerta
y aquella lluvia incierta
toque tu sien y corra

Recuérdame,
mi mejor vez, recuérdame...
La espina no la flor, la flor,
si es que hubo flor.

Cuando la luz del día
te recobre sin nadie
solo el árbol y el aire
en la plaza sombría.

Todo fue andén distante
sin voces y sin humo
lugares en que hubo
un triste visitante

Recuérdame,
mi mejor vez, recuérdame...
La espina no, la flor, la flor,
si es que hubo flor.

Ahora que no hay nada
sino fotografías
cartón donde la vida
es rosa imaginada

Recuérdame,
mi mejor vez, recuérdame...
La espina no, la flor, la flor,
si es que hubo flor.


Click aquí: en su voz

4 comentarios:

  1. me duelen esas espinas, las siento....¡qué fuerza tiene este poema! Gracias Tallercito por traerlo

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  2. No conocía a Darnauchans, lo estuve escuchando despacio, me pareció entrañable. De la canción, me quedo con ese requiebro, con esa rectificación: la espina no, la flor... ¡ya no se cómo te voy a agradecer tantos descubrimientos!

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  3. Amo al Darno. Todas sus letras son poesía, mis muy queridos Mario y Beatriz.

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  4. Rossina, preciosa esa nostalgia de Darnauchans...Según vamos leyendo duele el alma con su latido y su dolor.
    Mi abrazo y feliz fin de semana, amiga.
    M.Jesús

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